Santo Domingo.- «Me encanta limpiar, me encanta la suciedad». En las redes sociales, los «cleanfluencers» como Auri Kananen ofrecen consejos a millones de seguidores para transformar un cuchitril en palacio inmaculado.
La reina del orden, Marie Kondo, puso su carrera entre paréntis, pero un ejército de «influencers» está dispuesto a asegurar su sucesión.
Auri, una finlandesa de 28 años, muestra el interior de un departamento lleno de basura ante la cámara. En medio de los desechos, agarra un trozo de pizza dudoso y lleno de bichos.
Con una sonrisa, la joven se desplaza alrededor del planeta en busca de «las casa más sucias».
«Me acuerdo cuando tenía 19 seguidores. Ya en ese momento me parecía genial que 19 desconocidos querían verme limpiar», recuerda la «cleanfluencer» [«limpiainfluencer», en inglés], una de las más conocidas del mundo.
En sus alegres videos, desempolva, friega y ordena acompañada del ritmo de canciones pop y con guantes de caucho rosas, su marca estrella.
En el departamento de Helsinki, el piso está tan sucio y lleno de restos comida que es casi imposible caminar.
«Generalmente, los ocupantes sufren de problemas de salud mental o sufrieron una tragedia», explica la joven finlandesa a AFP.
En este caso, se trata de un joven depresivo cuyo hermano sufre de múltiples esclerosis. Condiciones de vida difíciles que la joven finlandesa entiende, ya que ella también sufrió un periodo de depresión.
En los comentarios que acompañan sus videos, los seguidores le agradecen por la ayuda y por no juzgar a los que se encuentran en situaciones difíciles.
Limpieza TikTok
Los videos se beneficiaron del auge de TikTok y gozan de gran popularidad desde hace varios años. Y cada vez son más los usuarios inspirados que deciden publicar contenido propio.
Los seguidores suelen ser jóvenes «milenials» y mujeres, así como personas a quienes les cuesta motivarse para limpiar sus casa.
Bajo el nombre de «Cleanwithabbi», Abigail, de 27 años, es parte de estos limpiadores ultrapopulares con millones de seguidores.
Esta madre soltera de dos hijos, que prefiere no dar su apellido por razones familiares, se graba en su casa de ladrillos rojos de Huyton, cerca de Liverpool.
«Miraba videos y pensé: ‘es lo que hago en mi casa, entonces solo necesito grabarme'», recuerda.
Su hijo menor, Billy padece un posible trastorno del procesamiento sensorial, por lo que la limpieza siempre ocupó una parte importante de su vida.
«Le importa mucho su rutina y el hecho de que todo esté limpio», explica.
«Me relaja, es como una terapia», añade Abbi a AFP. «Me permite escapar de mi vida diaria, de las preocupaciones y del estrés», continúa.
Sus videos se han convertido ahora en fuente de ingresos. Patrocinada por marcas cuyos productos utiliza, gana entre 720 y 1.200 dólares por vídeo.
«Satisfacción»
Unos 400 kilómetros al sur, Ann Russel aborda los videos de TikTok de forma diferente.
Esta señora de limpieza de 59 años responde a las preguntas de sus usuarios desde un sillón colocado cerca de una chimenea.
Para eliminar las marcas de rotulador sobre una mesa de madera sin tocar el barniz, recomienda alcohol isopropílico. «Mojen un bastoncillo de algodón en él y froten suavemente», propone.
«Si nadie te lo explica, ¿cómo vas a saber qué hacer?», pregunta.
Russel publica cada día entre cuatro y 12 videos para responder a las preguntas de sus 2,3 millones de seguidores.
«Enciendo mi teléfono, y le hablo. Es todo. Es lo mejor que puedo hacer. No soy muy hábil», explica entre risas.
Según ella, el secreto del éxito de este tipo de videos podría explicarse por la sensación de «satisfacción» que producen.
A finales de enero, la gurú japonesa del orden Marie Kondo, anunció que la limpieza ya no era su prioridad. Pero sus herederas quieren tomar el relevo.
«Lavar los calcetines, hacer pares y volver a guardarlos en el cajón te hace sentir que has hecho un buen trabajo», dice Ann Russell.
«Ofrece a las personas una sensación de control. Como controlan su vida personal, se sienten mejor en el mundo exterior», reflexiona.