Por: Samuel Peña
Las declaraciones del Dr. Leonel Fernández acaban de echar por tierra las falaces pretensiones del Miguelato de que el señor Miguel Vargas funge como coordinador o enlace de un supuesto frente opositor entre el PLD, la FP y el PRD como “articulador”.
El Dr. Fernández ha sido enfático en afirmar que esas funciones las ejerce el líder del BIS, José Frank Peña Guaba, un audaz y diestro armador en esos menesteres y desmintió que alguien más sea intermediario entre él y otros partidos.
Este contundente mentís significa un rechazo monumental a la figura política menos creíble y más desprestigiada del país, el Sr. Miguel Vargas, como lo muestran repetidamente las mediciones periódicas publicadas en medios escritos y digitales.
Resultaba un tremendo contrasentido aceptar al señor Vargas en esa tarea, un político incapaz de unir su propio partido, incapaz de reunir su propio Comité Presidencial Ejecutivo por 31 meses consecutivos, incapaz de evitar la fuga masiva de alcaldes, diputados, regidores, líderes sociales, dirigentes y miembros, incapaz de armonizar con sus propios compañeros e incapaz de detener la segura disolución del PRD de continuar en sus manos.
Lo anterior lo revela el 0.2 % de popularidad arrojado por la última encuesta Gallup, que descalifica absolutamente al Sr. Vargas de unir dos granos de arena, menos aún quien pueda unir a esos grandes partidos.
Si Miguel Vargas, un dirigente apegado a prácticas unipersonales, medalaganarias, dictatoriales y antidemocráticas es incapaz e irresoluto en la micro política de su propio partido, al que ha llevado a la ruina con un pavoroso descenso desde el 47 a un 1 % en el gusto popular, no puede ser capaz de unificar a otros partidos con pensamientos y conductas apegadas a la institucionalidad, métodos de trabajo y democracia interna.
El PRD no está en capacidad de unir a nadie más que a si mismo, en esta agónica etapa de su existencia.
La función URGENTE del PRD ahora es RENOVAR el partido, lograr que sus órganos se reúnan y funcionen, ajustarnos a la democracia interna, la legalidad partidaria y electoral para superar la muerte ineludible de la obra cumbre del Dr. Peña Gómez: el PRD.
No es verdad, hermanos, que volverán *las oscuras golondrinas* de Gustavo Adolfo Bécquer.