Santo Domingo, R.D.- El Partido de Unidad Nacional, en honor a su vigésimo aniversario, ratificó la filosofía de humanismo cristiano y llamó a una guerra social contra los haitianos ilegales en el país.
Consideró el presidente del PUN que la IV República está en decadencia irreversible, amenazada por dos grandes latrocinios, la invasión pacífica haitiana y la degradación moral, social, política y jurídica.
“La nuestra es una nación huérfana de Fuerzas Armadas y de Estado, navegando a la deriva, invadida por los haitianos y la única solución es declararle la guerra social a los ilegales de Haití por parte del pueblo dominicano”, declaró.
“Juramos ante la divina providencia, en este augusto panteón histórico, que seremos soldados de la patria con misión de preservarla con identidad cristiana, y nos declaramos descendientes legítimos de los trinitarios y el ideal libertario del apóstol de la independencia nacional de 1844, el insigne Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y Díez”, expuso con energía el líder del PUN, Pedro Corporán, en ofrenda floral en el Altar de la Patria, a raíz del vigésimo aniversario del reconocimiento jurídico de ese partido un 14 de febrero del 2002.
Proclamó Corporán que el pueblo dominicano tiene que imitar al centinela de la frontera, general Antonio Duvergé, y al prócer más eximio de la Guerra de Restauración de 1861, el general Gregorio Luperón, para defender los fueros soberanos de la república, de la patria nacional.
Calificó de maldito, infernal y traidor al actual modelo de estado y su código de ejercicio de poder al que consideró responsable histórico del lastre que carcome a la sociedad dominicana, provocando que prácticamente convivan en el mismo territorio tres repúblicas, la de los ricos, la de los pobres y la de los haitianos ilegales.
Pedro Corporán concluyó su alocución con su acostumbrada frase: “Nos unimos o nos hundimos”, y luego declamó el poema de su autoría titulado:
POEMA DE LAMENTO A LA PATRIA
I
¡Cuánto lamento madre mía!
Tus hijos te han olvidado…
Después de un parto tan doloroso
Para alumbrarlos en el pasado.
II
¡Cuánto lamento madre mía!
Hasta tu padre lo han degradado
Inmaculado que dio la vida
Para alumbrarte en tiempos lejanos
III
¡Cuánto lamento madre mía!
Tus hijos te han olvidado
Ya no recuerdan ni la hidalguía
Ni los valores de tu legado.
IV
¡Cuánto lamento madre mía!
Como Judas te han traicionado
Lavan sus manos como Pilatos
Para no ver lo que está pasando.
V
¡Cuánto lamento madre mía!
Tus hijos te han olvidado
Han olvidado la gran proeza
Del 19 y el 30 de marzo.
VI
¡Cuánto lamento madre mía!
Que silenciaron a Capotillo
Ya nadie quiere pegar el grito
Que a los traidores lleve al cadalso
VII
¡Cuánto lamento madre mía!
Ni las creencias te han respetado
Trayendo inmundas ideologías
Para ofender el culto cristiano
VIII
¡Cuánto lamento madre mía!
Me ahoga en llanto tu mar de penas
Suplico a Dios tu renacimiento
Tu redención y tu vida eterna.
IX
¡Cuánto lamento madre mía!