Santo Domingo. -El desempeño económico reciente de la República Dominicana (RD) ha sido sobresaliente. Su ingreso per cápita avanzó rápidamente, alcanzando un 32% del de Estados Unidos (EE. UU.) en el 2022, y los niveles de pobreza cayeron del 57% al 22% entre el 2004-2022 (USD$6.5/día).
No obstante, el crecimiento de la productividad del país está alcanzando sus límites debido a la baja calidad del capital humano y las distorsiones en mercados clave, como las provocadas por un sistema tributario anticuado basado en principios de los años sesenta.
El país también enfrenta desafíos en términos de desigualdad, con una agenda importante para mejorar el acceso y la calidad de los servicios básicos para las poblaciones vulnerables y la clase media. Para continuar convergiendo hacia los niveles de ingresos y bienestar de EE. UU., es crucial mejorar el clima de inversión, asegurando la sostenibilidad fiscal, y mejorando los servicios públicos tanto para empresas como para hogares.
Una mejora en la movilización de recursos internos- MR-I crearía el espacio fiscal necesario para aumentar la inversión y mejorar los servicios para todos los ciudadanos.
En términos de ingresos fiscales respecto al PIB, RD ocupa el puesto 30 entre 144 países, con una recaudación de solo el 14%, una de las más bajas de Latinoamérica.
Usando datos a nivel mundial, estimaciones econométricas sugieren que RD puede aumentar su recaudación en un 20% (i.e., entre dos y tres puntos porcentuales del PIB) sin afectar su ritmo de crecimiento.
Las reformas tributarias, además, pueden reducir el costo de cumplimiento de impuestos para empresas y hogares, mejorando el clima de inversión. Ejemplos de países, como Eslovaquia, Polonia y Georgia, muestran que las reformas que aumentan la neutralidad del sistema tributario pueden estimular el crecimiento económico e incluyen la reducción del número de impuestos, la unificación de tasas, la minimización de exenciones y la modernización del sistema de recaudación para prevenir la evasión y elusión fiscal.
La deuda pública, que representa el 60% del PIB, tiene intereses que absorben el 23% de los ingresos fiscales. De esta deuda, más del 80% es con los mercados internacionales y domésticos, y el resto con la cooperación internacional, que normalmente es deuda a tasas por debajo de mercado. Estos indicadores resultan en una calificación crediticia que está dos o tres puntos por debajo del grado de inversión. Mejorar la MRI y reducir la deuda en relación con los ingresos fiscales ayudaría a alcanzar el grado de inversión, disminuyendo el costo de financiamiento para el gobierno y el sector privado.
República Dominicana también requiere mejorar la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público, pero la agenda de mejorar la MRI debe ser abordada de manera simultánea: El país no puede esperar a que se generen ahorros en el gasto (los cuales toman tiempo) para empezar a mejorar la calidad de su educación, salud, y el suministro de servicios de agua, saneamiento, transporte urbano y caminos rurales.
Además, el país necesita aumentar su resiliencia al cambio climático, tanto a los desastres como la adaptación al aumento de la temperatura y el nivel del mar. Se estima que el país requiere una inversión adicional anual del 1.4% del PIB para atender estos temas.
La evidencia internacional muestra que, cuando la confianza en el estado es fuerte, aumenta la disposición a pagar impuestos y apoyar las reformas. Mejorar la calidad y eficiencia del gasto permitirá mejorar “el retorno” de los impuestos pagados, generando mayor confianza en el gobierno y abriendo las puertas para una mayor MRI.
Mejorar la movilización de recursos internos (MRI) es crucial para la convergencia económica de RD con países avanzados, la reducción de la desigualdad y para mejorar sostenibilidad fiscal. Con un nivel deuda pública desafiante y alta carga de intereses, una mejora de la MRI reduciría estos costos, beneficiando al sector público y privado. Además, una reforma tributaria integral podría estimular el crecimiento económico y mejorar el clima de inversión. Es vital también mejorar la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público y aumentar la resiliencia al cambio climático.
No existe un sistema impositivo perfecto que funcione de manera ideal en todos los contextos y para todas las economías. Sin embargo, existen principios básicos y experiencias internacionales que el Banco Mundial puede compartir con todos los actores claves, para ayudarles a definir el sistema más apropiado para mejorar el bienestar de todos.